El vínculo de un guardián: la fantasía se encuentra con la realidad en un reino místico
En un reino donde el tejido de la fantasía se teje fuertemente con los hilos de la realidad, una mujer con cabello como las brasas de un fuego moribundo se encuentra en una pose de serena tutela junto a su compañero draconiano. El dragón, una criatura magnífica con una piel que brilla en tonos de castaño profundo, podría infundir miedo en el más valiente de los caballeros con sus formidables cuernos y escamas blindadas. Sin embargo, su mirada, clavada en la mujer, revela un profundo vínculo de ternura. Este guardián de pelo jengibre, envuelto en un chal de la piel más fina y adornado con un colgante místico que brilla débilmente contra la extensión de tinta del cielo nocturno salpicado de estrellas, parece compartir un pacto antiguo y silencioso con la bestia. No muy lejos de este cuadro íntimo, la propia progenie del dragón se encuentra enclavada dentro del abrazo escarpado de un afloramiento rocoso.

Hudson