El encanto del Art Nouveau y el surrealismo en un reino fantástico
En este cuadro encantador, emerge una quimera regia, su forma es una mezcla armoniosa del plumaje resplandeciente del pavo real y el ágil aplomo de un felino. Esta creación magistral es un testimonio de la fusión de épocas artísticas, donde los intrincados patrones y matices del Art Nouveau se encuentran con la calidad onírica del surrealismo. Cada pluma, similar a fragmentos de vidrieras, atrapa la luz con un brillo que habla de nobleza y encanto. En el corazón de este reino fantástico, la pluma de una sola águila ocupa un lugar central, sus púas pintadas con la delicada precisión de un paisaje de acuarela. Aquí, un bosque empapado de lluvia cobra vida, con pinos imponentes que perforan la niebla, sus extremidades entrelazadas en una danza eterna. En medio de esta verde extensión, la silueta de un ciervo se detiene en tranquila contemplación, con la mirada fija en el horizonte. La paleta es una sinfonía de tonos fríos, con tonos esmeralda y verde azulado orquestando una canción de cuna visual

Asher