Santa Ana: Santa y generosa
La santísima Santa Ana era naturalmente generosa de corazón, clara y profunda de mente, y de carácter ardiente, pero al mismo tiempo tranquila y pacífica. Era de mediana estatura, algo más baja que su santísima hija María. Su rostro era ovalado, su expresión siempre la misma y muy modesta; su tez era blanca y roja.

Layla